Ella volvió después de un largo viaje.
Dejó atrás aquello que le hizo mal; mas nunca lo olvidará.
Todo lo sucedido le dejó huellas marcadas y ahora decide tomar coraje y volver.
-Es el momento- dijo, y guardando en un bolso lo que necesitaba en aquel momento, salió.
En su interior había temor, dudas, pero también había ilusión, esperanza por lo que sucedería al llegar. Atrás quedó el rencor, el odio, y ese revoltijo de sentimientos.
En el camino pensó muchas cosas. Cada recuerdo se hacía presente, y también la sensación de que estaba haciendo bien.
Habló con su padre, mirando el cielo, sintiendo que a él le gustaba su decisión. Pero ella no lo hacía por él, sino por ella misma y por la oportunidad que les daba la vida.
A veces es tarde para algunas cosas… ella no dejaría pendientes y las cosas así se presentaban; no lo dejaría pasar.
Tomó todo el aire que entraba por la ventanilla del colectivo y la buena energía que le regalaba el sol. Sentía coherencia en su interior, y una sabiduría inmensa. Pensar en el presente y dejar atrás las reacciones de dolor, para dar lugar a lo nuevo…
Hoy es hoy, y ella estaba ahí sentada, viajando hacia el lugar que alguna vez le fue familiar. Estaba decidida a reencontrarse con él…
No había estado en otro país, ni en otra ciudad. Había estado todo este tiempo cerca, pero muy muy lejos. Todo lo sucedido le sirvió para crecer, para saber dónde estaba, poner sus pies en la tierra y ubicarse en tiempo y espacio. Ella estaba dispuesta a cambiar la realidad que le hacía mal. Y finalmente volvió a reencontrarse, dispuesta a vivir una nueva oportunidad, luego de su viaje interior en el tiempo…
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