domingo, 5 de septiembre de 2010

El tiempo pasa, y se escurre por los dedos.
Por momentos pasa rápido y por otros es eterno...
Hace un tiempo, casualmente, mi tiempo interior se quedó estancado mientras el reloj no dejaba de pasar las horas y el calendario continuaba su destino. Sólo pedía a gritos que el tiempo pasara...
Hoy, cuando pasó ya un año desde aquel entonces, quiero pedir que el tiempo pasado no se vaya, que se detenga cuando aún él estaba.
Pasó un año desde que no está ese hombre que adoro, y duele sentir que el tiempo pasa sin piedad y que cada vez más situaciones quedan atrás, más seres en el camino hacia quién sabe dónde... Y que lo que fue algún día, ya no será.

Recuerdo tantas cosas maravillosas de mi vida, en la que él estaba junto a mí. Y a veces me parece mentira que ya no esté, un mal sueño, y que al despertar voy a poder hablar con él, escuchar su voz, abrazarlo y reírnos de la vida, como siempre.
El tiempo pasa, sí, y no se puede evitar.
Y tan sólo me queda, nada más y nada menos, que VIVIR este viaje hacia no sé donde.

La inmensa tristeza de su ausencia siempre estará conmigo a donde vaya; pero así las cosas, también quiero vivir y disfrutar del presente, agradecida a la vida por haber tenido como papá a un hombre maravilloso y al que siempre adoré y adoro.

Siempre estarás en mi corazón, siempre estarás en mí...

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